ARMANDO, HOMBRE DE UN SOLO CAMINO.





Conocí a Armando la década del 70, por entonces era estudiante de la Universidad Nacional de Cajamarca, y viajaba a Lima para reunirme con los compañeros dirigentes nacionales del CUA, asistir a las actividades de formación de cuadros, y saludar al Jefe del Partido. Armando, siempre amigo, amable, luchador, combativo por la libertad y la democracia, será admirado y querido siempre por los jóvenes. Así fue en aquellos años que lo conocí, admirábamos su temple de hombre organizador y luchador contra el Velascato, de voz ronca y fuerte, hecha en el trajinar del único camino que guió su vida: la revolución, siempre cerca de Haya de la Torre, y leal al APRA, partido al que le dedicó toda su vida. Nunca le gustaron los tiranos ni las tiranías, la historia de su vida es conocida desde que en 1931, a los 15 años de edad, ingreso al partido, y en 1934, fue elegido secretario general de la FAJ.

Los dictadores no lo quisieron y Armando tampoco los quiso a ellos, por eso desde muy joven conoció las prisiones, el destierro y la persecución,  fue compañero de lucha de los dirigentes y militantes de la guardia vieja del APRA, y con ellos fue por los caminos del Perú e Indo América, trabajando por la libertad y la democracia; lo hizo con Lucho de las Casas, con el cuco Heysen, con los Benjamines del partido, Cachito Bedoya y Nicota Mujica, lo hizo con la mística de los mártires Arévalo y Negreiros, con la capacidad organizativa de Carlos García Ronceros, con la admiración de la elocuencia y belleza del discurso de Nita Pérez, y del Cachorro Seoane; fue compañero de lucha de los dirigentes sindicales Arturo Sabroso y Cruzado Zavala, de Maestros, como Luis Alberto Sánchez y Ramiro Priale, así fue por los caminos difíciles de aquellos tiempos que se entregaba la vida por la justicia social de pan con libertad. 


Caminos que exigían amor y lealtad a nuestros ideales, caminos por los que fue llevando el credo que le enseño nuestro Maestro y Jefe, dejando con su trabajo político imborrables huellas para los peruanos, por eso seguirá siendo ejemplo para las promociones jóvenes de nuestra patria. Armando, hombre consecuente, constante e íntegro, Armando, compañero, hombre de un solo camino, así fue desde el inicio hasta el final de su vida política, combatiente por el desarrollo con justicia social. Los que tuvimos el honor de conocerlo en la plenitud, o en los años finales de su vida, lo consideramos como el mejor discípulo de Víctor Raúl. Estuvo 7 años encarcelado, 7 años desterrado y 7 años perseguido por las tiranías de turno. Contrajo matrimonio con Lucia Ortega García y es padre de Lucia del Pilar, jamás se quejó de las dificultades que enfrentó como ser humano y político.
Cuando le tocaba hacer el balance de su vida, decía: lo único que puedo expresar, es que valió la pena ser Aprista, luchó por ser cada día más justo y a pesar de los años que llevaba encima, fue un severo vigilante del rumbo del partido, aplicaba siempre su derecho de critico implacable contra los dirigentes responsables de la crisis partidaria que vivimos; fue un hombre realista y lleno de optimismo en el futuro del Perú, luchador permanente por superar las crisis internas de nuestra patria y lograr la verdadera unidad de los peruanos, unidad de los trabajadores, de los empresarios, de los intelectuales, de la juventud y de los políticos,  Hombre de una sola ruta, que con su trabajo y ejemplo de lucha nos enseñó que el APRA es el mejor camino para cambiar los destinos del Perú e Indo América.


El año 1980, después de Haya de la Torre, fue el primer candidato del APRA, a la presidencia de la república. Estuvo al frente del partido como secretario general colegiado y como secretario general único. En los años de democracia, fue presidente del consejo de ministros, ministro de la presidencia y ministro del interior; presidente de la cámara de diputados y del senado de la república, siempre en representación del partido del pueblo, pero nunca al servicio de otro partido.
Armando Villanueva del Campo, nació el 25 de noviembre de 1915, hijo del diputado, Pedro Villanueva Urquijo y de doña Carmen Rosa del Campo. Falleció a la edad de 97 años, el domingo 14 de abril a las 9:30 de la noche. Nuestro compañero presidente Alan García, fue el que anuncio al Perú y al mundo que Armando se había convertido en polvo cósmico en viaje a las estrellas: Armando ha muerto, ¡Viva Armando Villanueva!

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