Líder popular y carismático, logró despertar la
conciencia del pueblo Colombiano, sus enemigos políticos no soportaron el rayo
fulminante de su verbo, y sin medir las consecuencias, fue asesinado por
aquellos que piensan que las ideas no se combaten con ideas, y que para
silenciarlas hay que acudir a las balas; fue el mayor de seis hermanos, nació
en Bogotá, en el popular barrio de las Cruces, un 23 de enero de 1923, hijo de don Eliécer
Gaitán Otárola, de tendencia liberal radical, dedicado a la venta de
libros, y de doña Manuela Ayala de Gaitán,
maestra de escuela.
La situación económica
de sus padres no le permitían lujos, menos facilidades que cualquier niño o que cualquier joven desearía tener, pero el tesón especial de su madre y su voluntad ferrea hicieron
que lograra graduarse como bachiller y continuar sus estudios superiores en la
universidad nacional de Colombia, en ella se graduó de abogado, con la tesis: “las ideas socialistas en Colombia”. Fue parte importante del movimiento
estudiantil y activo militante político; en
1924, fue elegido miembro de la asamblea de Cundinamarca, en 1926, gracias a su
esfuerzo profesional y a sus ahorros viajó a Italia, ingresó a la real
universidad de Roma, escuela de mucho prestigio en derecho, dirigida por Enrico Ferri, penalista de fama mundial, ahí se doctoró en jurisprudencia. Su tesis, Magna Cum Laude, mereció la
calificación y el premio Enrico Ferri, constituyéndose en importante texto de
estudio.
Regresó a Colombia en 1928, y en marzo de ese año
fue elegido represéntate a la cámara de diputados, en junio encabezó las
manifestaciones contra la corrupción administrativa, en diciembre de ese mismo
año visito la zona bananera donde investigó los sucesos de la masacre de los
trabajadores de la United Fruit; sus denuncias sobre los graves acontecimientos
se convirtieron en abiertos debates contra el gobierno de turno, logrando que muchos trabajadores que sufrían prisión fueran liberados, y que la empresa indemnizara a
las familias de los trabajadores caídos en la lucha laboral.
El debate bananero sirvió a Eliécer Gaitán como
fundamento para que su figura de líder popular creciera. En 1931, con los
liberales en el poder fue elegido presidente de la Cámara de Representantes,
presidente de la Dirección Nacional Liberal y designado candidato a la
Presidencia. Al año siguiente fue elegido rector de la Universidad Libre. A
finales del mismo año viajó por Indoamerica exponiendo la posición
colombiana sobre el litigio que tenían con el Perú.
Fue
fundador de la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR). Con la fundación de su
partido quiso terminar con el tradicional bipartidismo en Colombia. Pero en mayo de 1935,
Eliécer Gaitán declara disuelta la UNIR y pasa a formar parte de las filas del partido liberal.
En 1936 se casa con doña Amparo Jaramillo, y el 8 de junio de ese mismo año se
convierte en alcalde de Bogotá, pero la derecha no le permitió cumplir con sus
deseos de trabajar por los más humildes y lo obligó a dejar su cargo. En
febrero de 1937, muere su madre y maestra, doña Manuela Ayala, y siete meses más
tarde nace su única hija Gloria. En 1939 Eliécer Gaitán es elegido magistrado
de la corte suprema de justicia, y en 1940 el presidente Eduardo Santos lo
nombra ministro de educación, cargo que ejerce por corto tiempo pero en el que
también imprime su sello a favor de los más humildes en su lucha contra el analfabetismo.
En 1941 se opuso a la reelección de López Pumarejo, en 1942 es elegido senador
por Nariño y presidente del senado, en 1943 lo nombran ministro de trabajo.
después
de su muerte nunca más se volvieron a ver concentraciones populares llenas de
amor y fe, sus famosas consignas, ¡a la carga contra la oligarquía!, y ¡por la restauración
moral de la república!, fueron expresiones que lograron interpretar el sentimiento del pueblo, su oratoria llena de variaciones en el tono con
sentido de humor e ironía, y el manejo perfecto de los silencios, hicieron de
Eliécer Gaitán un orador perfecto de profundidad telúrica que llegaba a transfigurarse
por la fuerza y el amor que ponía cuando pronunciaba sus hermosas oraciones.
También impacto
la disciplina de sus seguidores, y por eso sus adversarios lo tildaron de
fascista, pero Gaitán era un reformista, liberal y demócrata a toda prueba, buscaba realizar la revolución pacífica y constitucional. Las elecciones
del 5 de mayo de 1946, que fueron ganadas por Ospina Pérez, y en la que Gaitán
ocupó el tercer lugar con miles y miles de votos, sirvieron para que sus
seguidores tomaran el control del partido liberal y lo eligieran como jefe del
partido.
Vale la
pena resaltar las marchas de las antorchas organizadas por sus seguidores, éstas se iniciaban en el popular barrio La Perseverancia, y desde lo alto se veía como un río de fuego ingresaba a Bogotá, y la gran marcha del
silencio en la que multitudes jamás vistas marcharon sin hacer ruido alguno,
con un mutismo sepulcral, impactante y hasta cierto punto estremecedor, esos son
hecho de organización popular que impactaron por muchos años a los colombianos.
En
febrero de 1948, en la ciudad de los Manizales pronunció uno de sus últimos discursos,
conocido como la oración por los humildes,
en marzo de ese mismo año la violencia desbordaba en Colombia, y por la inacción
del gobierno rompe lazos con el conservador Ospina Pérez, el 30 de marzo de
1948, se inician los preparativos para la realización de la IX conferencia
Panamericana, que dio origen a la OEA, presidia los actos el canciller
Colombiano Laureano Gómez, que en 1950 seria presidente. A ese magno evento le negaron participar a Eliécer Gaitán. Esa cumbre culmino el 30 de abril del mismo
año.
El 9 de
abril de 1948, Jorge Eliécer Gaitán logra el mayor de sus triunfos como
penalista al obtener para su patrocinado, el teniente Jesús Cortes, la absolución
de su pena, ese día, aproximadamente a la una de la tarde, cuando salía del
edificio donde estaba su oficina legal, Juan Roa Sierra, se acerca hacia él, y lo
asesina a balazos en presencia de algunos amigos. Así se inicia la más
horrible y pavorosa jornada de violencia, muerte y destrucción en Colombia, a
ese nefasto día se le conoce como el Bogotazo, y hasta hoy, Colombia sigue desangrándose
por la violencia, que como vemos, nos es la partera, sino la sepulturera de la
historia.
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