LIBERTAD DE CONCIENCIA

El 23 de Mayo de 1923, en Lima, Perú, se llevó a cabo 'la Jornada por la Libertad de Conciencia', protesta que fue organizada y liderada por Víctor Raúl Haya de la Torre, aquella movilización popular, fue la respuesta del pueblo que estaba cansado del acoso y la represión que sufrían las clases populares. Fue también un acto de rebeldía juvenil contra el cierre consecutivo y abusivo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y de la gran crisis económica que se avizoraba. En consecuencia, fue un rechazo al gobierno de Leguía que a través de la manipulación de la fe cristiana quería prorrogar su mandato y hacerle creer al pueblo que debería gobernar nuestro país en forma indefinida por mandato divino.

En mayo de 1923, el Arzobispo de Lima, Emilio Lisson, en coordinación con Leguía, publicó un decreto pastoral, con la finalidad de consagrar el Perú, al Sagrado Corazón de Jesús. Ese día, Víctor Raúl, en una gran concentración popular, frente a más de cinco mil personas, entre los que se encontraban: estudiantes sanmarquinos, de la Universidad Popular y de los diferentes gremios de trabajadores, pronunció un memorable discurso, rebelándose contra la imposición del anacronismo clerical en el Perú. El mensaje motivó la marcha y la protesta, los estudiantes y los trabajadores salieron a las calles con dirección a palacio de gobierno. La protesta social fue reprimida violentamente por la policía a punta de bala y sable.
En aquella jornada histórica, cayeron abatidos: Manuel Alarcón Vidalón, estudiante sanmarquino, y Salomón Ponce Ames, obrero tranviario, sellándose de esta manera 'la alianza obrera estudiantil'. El día del sepelio, Haya de la Torre, antes de dar sepultura a los restos de Vidalón Alarcón y Ponce Ames, pronunció su famoso discurso, recordándole al dictador de turno el Quinto Mandamiento: 'No matar'.  


La jornada de protesta y el sepelio de los mártires del pueblo, fue apoyada por la población, y por la Federación Obrera Local (FOL) que decretó un paro de protesta; más de 30 mil ciudadanos acompañaron el sepelio. La actitud valiente de los obreros y de los estudiantes, hicieron retroceder al tirano de turno, y el Arzobispo Lisson, tuvo que anular el acto de Consagración.

La policía secreta no cesó en la búsqueda del líder de la juventud, Haya de la Torre, finalmente fue ubicado y apresado el dos de octubre de 1923; inmediatamente fue llevado a la prisión conocida como el "Real Felipe", ubicada en la Provincia Constitucional del Callao, desde el momento que fue capturado, inició una "huelga de hambre seca", que se caracteriza en no beber agua ni ingerir alimento alguno, son pocos los personajes que la practicaron; el Presidente Augusto Bernardino Leguía, había puesto en practica, una vez mas, su sentencia: oro, bala o cárcel para sus adversarios.
Sin juicio ni defensa legal, el líder de la Jornada por la Libertad de Conciencia fue enviado a purgar condena a la "Isla penal San Lorenzo", desde ahí escribiría: "No se cual será mi suerte, ni me interesa pensar en ella. Cuido si de ratificar en estos interesantes momentos de mi vida, la reafirmación de mi credo revolucionario, ajeno y muy lejos de la podredumbre de la política nacional. Represento un principio, un credo, una bandera de juventud. Agito y agitaré las conciencias hacia la justicia. Lucho por producir la precursora revolución de los espíritus y maldigo con todo el calor de mi convencimiento a los explotadores del pueblo que hacen del gobierno y la política vil negociado culpable. Si he de marchar al destierro, algún día he de volver. Retornaré a mi tiempo, cuando sea llegada la hora de la gran transformación. Ya lo he dicho y lo repito; solo la muerte será mas fuerte que mi decisión de ser incansable en la cruzada libertadora que América espera de sus juventudes en nombre de la justicia social". Víctor Raúl, cuando estuvo a punto de morir de un sincope cardíaco, por efectos de la "huelga de hambre seca", el 9 del mismo mes, fue deportado a Panamá.

Es así como esta histórica acción de los Obreros y de los Estudiantes recibió su bautizo de sangre; aquella Jornada de lucha política, dio nacimiento a lo que se conoce también, como el nacimiento del 'Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales', fue la respuesta heroica e histórica, que más adelante se convertiría en la columna fundamental del Partido del Pueblo. Pero también, al 23 mayo de 1923, los Apristas lo recordamos como el "Día de la Juventud".

Haya de la Torre, camino a su primer destierro escribió:
“me siento orgulloso de este credo renovador e idealista, ajeno y muy lejos de esa podredumbre de la política nacional, credo que representa la bandera de la juventud y la renovación de los espíritus libres".

José Carlos Mariátegui, asumió la dirección de 'Claridad', la revista de la juventud, sobre la histórica jornada escribiría lo siguiente:

"reveló el alcance social e ideológico del acercamiento de las vanguardias estudiantiles a las clases trabajadoras. En esa fecha tuvo su bautizo histórico la nueva generación que, con la colaboración de circunstancias excepcionalmente favorables, entró a jugar un rol en el desarrollo mismo de nuestra historia, elevando su acción del plano de las inquietudes estudiantiles al de las reivindicaciones colectivas o sociales".

Esta es parte de nuestra hermosa historia, que todos los Apristas tenemos la obligación de estudiar. El aprismo está por encima de las personas, es la doctrina e ideología que nuestro querido Maestro y guía nos legó para defender los intereses del pueblo, lograr su completa redención, y hacer posible la justicia social de pan con libertad.
A nosotros, nos corresponde defender estas banderas que fueron regadas con sangre de los mártires, mantenerlas invictas a través de la participación de compañeros capaces, leales y honestos, que en el ejercicio de la vida publica hagan posible el crecimiento económico de nuestra patria, con docencia y decencia, para lograr nuestro desarrollo humano. 
SEASAP.



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