PORTUGUESES EN VENEZUELA

Cristóbal Colón realizó su tercer viaje a Indoamerica el 30 de Mayo de 1498 y llevaba en su expedición tripulantes portugueses, Colón vivió y estudió en Portugal y de paso se casó con una portuguesa, la hija del navegante Bartolomeu Perestrelu. Alonso de Ojeda también tenia una tripulación parecida a la de Colón, hasta que en 1515 por la rivalidad política, económica y social en el aspecto de expansión territorial la corona española prohibió completamente la presencia de marinos portugueses en sus flotas.
La primera y segunda guerra mundial fueron hechos históricos que generaron las oleadas mas grandes de emigrantes, estos utilizaron diversas formas para llegar a América, los viajeros formales vendieron sus pertenecías y los famosos pavos o polizontes que no tenían recursos económicos para viajar se metían en las bodegas de los barcos arriesgando sus vidas, pero el hecho concreto es que la gran mayoría huía del hambre y la miseria, pero Dios los trajo a este continente que les abrió sus puertas de par en par. En el caso de los portugueses que llegaron a Venezuela, algunos historiadores señalan que fue a partir de los años cincuenta como consecuencia de los efectos sociales y económicos que afrontaba Europa y por que Venezuela se perfilaba como el país del boom petrolero.
Pero es bueno resaltar dos hechos interesantes: en los años veinte antes de llegar a Venezuela muchos portugueses llegaron a las refinerías de petroleo en Curazao, y el otro dato interesante es que entre el año 37 y 40 salieron del puerto de Funchal, en Madeira, casi ocho mil portugueses con rumbo a Venezuela. La crisis de los setentas en Europa hace nuevamente que el precio del petroleo suba, y luego en Portugal la Revolución de los claveles del año 1974 constituyen factores importantes que siguieron impulsando la migración hacia América.
Por cosas del destino hace algunos años conocí en Venezuela a Teresa Carías Ramos Torgal, señora que hoy bordea los 84 años de edad, en el poco tiempo que la conozco me ha inspirado admiración y respeto por la gran voluntad, esfuerzo y sacrificio que le puso desde siempre a su vida. Abobo Teresa, como le decimos las personas que le tenemos cariño, desde muy niña en sus tierra natal asumió responsabilidades de hogar, se dedicó a criar a sus hermanos realizando labores que norm
almente hacen las personas adultas, sacrificó su vida de niña y adolescente, incluso descuido su educación para cuidar y ser sostén de sus familia, por eso considero a Teresa como ejemplo de mujer emigrante, gran señora, valiente, emprendedora y decidida; con estas cualidades y valores asumió el liderazgo familiar, la autoridad moral lograda a base de trabajo y sacrificio es el sello característico que ella ha impuesto a su familia.
Con ella y en ella va el reconocimiento para los millones de emigrantes, personas emergentes que salieron de sus países de origen y que encontraron en América la oportunidad para labrarse una nueva vida.
Teresa nació en Aldeilha de San Francisco, se casó siendo una niña de 16 años con José Américo Coelho, nacido en San Martiñho, pueblo compuesto mayoritariamente por hombres, los hermanos de Jose Américo, igual que todos los hombres de San Martiñho tenían que salir a buscar sus novias y luego esposas a Barroca y Silvare, entre otros pueblos, los Coelho que fueron seis hombres y una dama, eran bien parecidos, carismáticos y enamoradores, ellos eran los que ponían alma a las reuniones del pueblo y la plaza principal  era el lugar donde armaban la fiesta, unos con sus guitarras y acordeones, otros con sus cantos copleros y de contrapunto con los que enamoraban a la gente de esta parte montañosa de Portugal.
Del matrimonio de Teresa y Jose Américo nacieron en Portugal, María, Lucinda y Américo; pero por causa de la migración de sus padres fueron separados desde muy niños, primero partió a Venezuela Jose Américo y luego Teresa, los dos, después de algunos años regresaron a su tierra natal para reencontrarse con su niños, y luego regresar en busca del mundo nuevo en el que vivirían para siempre. Teresa es una mujer autodidacta, comenzó a labrarse un camino exitoso, incursionó en diferentes campos del comercio sin tener experiencia en ello, pero su voluntad férrea e inquebrantable hecha en Portugal, y el reto de sacar adelante a sus hijos la impulso a luchar sin descanso, solo diré una anécdota de entre las miles; no sabia de costura y gracias a su imaginación y ganas de vencer descocía los vestidos para saber como se hacían, así aprendió, y terminó siendo una gran costurera entre uno de los tantos oficios que ejerció durante su fructífera vida.
Jose Américo fue un hombre luchador y soñador, en su tierra natal fue minero y también especializado en mecánica, en Venezuela fue empleado de la empresa Petrolera, luego incursionó en el mundo de los negocios, pero en el fondo su espíritu aventurero siempre lo movía de un lugar a otro, es así que recorrió los llanos de este hermoso país, fue un señor que siempre le gustaba culturizarse, siempre había un libro, una revista o un periódico en sus manos, por las mañanas y las noches escuchaba noticias sintonizando la BBC, le gustó estar informado de lo que sucedía en el mundo, Américo como le llamaban todos, fue un hombre trota mundo y bohemio, lo que hacia de él un tipo carismático que atraía admiración y amistades.
Los hijos de Teresa y Américo trajeron al mundo dos generaciones, nietos y bisnietos que hoy alegran el rostro de nuestra querida Teresa; María Ramos, casada con Jaime Ferreira le dieron dos nietas, Teresa, casada con Eugenio le dio tres bisnietos, David, Daniel y Barbara; y Bety casada con George, le han dado dos bisnietas, Wanda y Cristina, que viven en Portugal. Lucinda Ramos casada con Florentino Dos Santos, le dieron tres nietas, Ana María, que estuvo casada con Alexandre Tomas, le dio dos bisnietos, Alexandre y Eduardo Tomas Dos Santos, Angela que estuvo casada con Alberto Freitas, le dio una bisnieta, Gabriela Freitas Dos Santos; Elena casada con Jose Luis Portillo, le ha dado dos bisnietos, Sebastian y Luis Ángel Portillo Dos Santos, Américo también le dio tres nietas, Teresa, Rona y Américo.
Teresa, casada con Carlos Capacho, le ha dado una bisnieta llamada Verónica y otra que viene en camino; Américo le ha dado cinco bisnietos, y Rona tres, todos ellos viven en Venezuela.
Quiero imaginar y soñar como aquellos emigrantes que salieron de sus tierras llenos de ilusión en busca de la felicidad y que sin conocer este nuevo mundo hicieron anclar el barco de sus vidas en las costas de estas verdes tierras, para sentir lo que dicen las letras de esta hermosa canción:
Llevo tu luz y tu aroma en mi piel y el cuatro en el corazón, llevo en mi sangre la espuma del mar, y su horizonte en mis ojos, no envidio el vuelo ni el nido al turpial, soy como el viento en la mies, siento el caribe como una mujer, soy así que voy a hacer, soy desierto, selva, nieve y volcán, y el andar deja una estela, del rumor del llano, en una canción, que me espera, la mujer que quiero tiene que ser, corazón, fuego y escuela, con la piel tostada como una flor, de Venezuela.

Comentarios

ALFHA ha dicho que…
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