EL APRA NUNCA MUERE



¡El Apra nunca muere! Es una expresión colectiva que escuchamos constantemente con fuerza y amor, frase hermosa, pronunciada por miles de hombres y mujeres; niños, jóvenes y veteranos del pueblo, ellos no son empleados, ni funcionarios de gobierno que defienden un puesto de trabajo, son gente de a pie, vecinos humildes y sencillo que creen en el APRA de Haya de la Torre, que creen en la historia hecha por miles de militantes que entregaron sus vidas para servir al pueblo sin pedir nada a cambio.

Junto a la primera expresión, también escuchamos el grito sereno, firme, varonil y combativo, un Aprista nunca llora, esta conducta consecuente del pueblo, me lleva a recordar la vigencia contundente de la organización creada por Víctor Raúl, hecha en el fragor de las grandes adversidades.

¿Por que?, por que el APRA desde que nace, nace como partido del pueblo, salido de las entrañas del Perú profundo, Haya de la Torre la organiza como el partido del frente único, es decir, como partido moderno que lleva en su seno las banderas de la revolución; es el Partido de la unidad, de la solidaridad social, por que en el están representados los obreros, los campesinos, los estudiantes, los profesionales, los hombres, las mujeres, los jóvenes y veteranos, los blancos, los negros, los indígenas, los empresarios emergentes, que tienen un solo ideal, la Justicia Social de Pan con Libertad.

Este es el APRA, ¿Qué les parece?, esta propuesta política, para Perú e Indoamérica, fue sembrada en la conciencia del pueblo, tierra fértil, cultivada por Víctor Raúl y abonada con la sangre de miles de mártires, por eso el APRA es la base y el sustento para que nuestra libertad y democracia jamás se vuelva a perder.

La jornada de las 8 horas, la seguridad social, las vacaciones anuales, las gratificaciones, la negociación colectiva, la educación gratuita, el voto de la mujer, el voto de los analfabetos, la descentralización, la regionalización, la integración continental, es decir, el crecimiento económico y el desarrollo humano de nuestro pueblo, son las banderas de lucha que se levantaron desde 1919, cuando Víctor Raúl Haya de la Torre insurge en la vida política Peruana.

Por estos derechos, civiles, sociales y políticos, fueron perseguidos, desterrados, encarcelados y fueron al paredón miles y miles de luchadores que salieron de las canteras del partido del pueblo, pero a pesar de esa difícil situación, el APRA y Haya de la Torre, sentaron las bases e hicieron realidad, esta hermosa y bella obra, que se llama Justicia Social.

¿Quien puede matar al APRA y a Haya de la Torre?; en la historia del Perú, han habido, individuos con mucho poder económico y político, que se llenaron la boca diciendo que habíamos muerto y que eramos un partido, caduco, apolillado, derechista, comunista, sirviente del imperialismo y otras calumnias mas.

Esos individuos poderosos, hoy están bajo tierra y otros en la cárcel, pero el APRA y Haya de la Torre, siguen vivos en la conciencia del pueblo, ¿Dónde están personajes; como Leguía, Sánchez Cerro, Benavides, Prado, Bustamante, Odría, Velasco y esperemos que el ultimo sea Fujimori?, personajes de la historia peruana, que siempre quisieron vernos en el cementerio y el olvido político.

El APRA, es el partido que representa al pueblo, siempre luchó contra la compra de conciencias, contra los que regalaban alcohol y butifarras para lograr un voto; en 1917, Haya de la Torre recogió el mandato de Gonzáles Prada y llevó como propuesta para la juventud, romper el pacto infame de hablar a media voz, y curar al Perú, para evitar que donde se ponga el dedo brote pus.

En 1963, el Presidente Belaunde convocó elecciones para elegir alcaldes, y el Compañero Alan García, en su primer gobierno convocó a elecciones para elegir los gobiernos regionales, desde aquellas convocatorias democráticas nuestro partido siempre ganó las elecciones abrumadoramente en casi todas las regiones, provincias y distritos de nuestro país.

Nuestra Historia política siempre ha sido consecuente y nuestra vida heroica jamás se detuvo, continuo en la década de los ochenta en plena construcción del proceso democrático, el martirologio creció y cientos de autoridades Apristas cayeron abatidas por las manos asesinas del terror de Sendero Luminoso y el MRTA, todo ello, como aporte permanente del partido para construir un Perú diferente con libertad y democracia.

Nuestra historia, limpia y diáfana, no puede ser manchada por malos elementos, somos conscientes, que el anti aprismo de derecha o izquierda desde siempre busco mil formas para infiltrarse en nuestras filas y tratar de destruirnos, sabemos que, esos infiltrados no tienen edad, son jóvenes y viejos, hombres y mujeres, llenos de ambición desmedida, cuyo único fin es servirse del APRA.

Sabemos que hay infiltrados, quintas columnas o topos que pueden destruirnos; pero el sabio consejo de nuestro Maestro nos pone en alerta, "no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista"; así es que, aquellos que se han anidado en la dirección del partido y en la representación ciudadana, que, con su incapacidad, improvisación y falta de honestidad, están ayudando al desgaste y descrédito de nuestra organización, deben poner las barbas en remojo.

Los peruanos que no son militantes de nuestro Partido, pero que lo aman, lo quieren y lo respetan, por la historia de sus luchas, y por la entrega de Haya de la Torre con su obra para cambiar las viejas estructuras de nuestra sociedad; tienen que ayudarnos en esta gran cruzada moralizadora, no debemos permitir que los incapaces, corruptos y ladrones se aniden en ninguna de nuestras organizaciones político partidarias.

Por lo tanto, es deber de todos los Demócratas buscar la forma de sacudirnos de esos nefastos individuos que nos están haciendo daño, el imperativo es limpiar el nombre del APRA, por que con ese accionar estaremos limpiando el nombre de Haya de la Torre, de los mártires del aprismo, de nuestro mayores y de nuestras honorables familias.

El Perú, necesita de partidos políticos organizados, modernos, pero por sobre todo necesitamos partidos con militantes y dirigentes capaces y honestos, que ayuden a recuperar la moral y la credibilidad del pueblo.

Comentarios