El 12 de abril del
año 1924, el presidente Augusto Bernardino Leguía, promulgó
la resolución suprema que declaraba como día solemne, “el Día de
la Madre Peruana”, y como fecha oficial de celebración, fijó el
segundo domingo del mes de mayo, de cada año.
La propuesta para rendir homenaje a
nuestras madres peruanas fue hecha por Carlos Alberto Izaguirre Alzamora, entonces presidente del "Ateneo
Universitario Ariel"; los amigos y compañeros de estudios dicen que Carlos
Alberto era un estudiante idealista, abnegado y ejemplar.
Para aquel hermoso acto, recomendó lucir una flor roja en el pecho a los hijos que tuvieran sus madres con vida, y una flor blanca, a los que la tenía en la gracia de Dios.
Carlos
Alberto nació en Ancash, estudió en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, graduándose de abogado, especializado en derecho laboral, fue asesor de
varios sindicatos y también de la Gloriosa Central de Trabajadores Peruanos -CTP- fue un experto en temas de seguridad social; como todo Aprista consecuente y leal, purgó cárcel y destierro; el año 1963, fue en la lista del Apra, y resultó elegido parlamentario, representando a su tierra natal.
Esta hermosa fecha fue concebida para rendir homenaje a las madres que cada día salen a trabajar,
a las madres que se quedan en sus hogares esperando la llegada de sus hijos y esposos; sirve para recordar a las madres luchadoras que entregaron sus energías y sus vida para tener una patria independiente, soberana, libre, democrática y desarrollada con justicia social.
Patria en la que todos, sin distinción de clase, de credo político o religioso, o de color de nuestra piel, logremos vivir en paz,
llenos de fe y esperanza, como buenos hijos de Dios.
En este día tan significativo para todos los hogares, rindo homenaje a las madres del mundo y a las nuestras que viven en cada rinconcito de la costa, sierra y selva peruana. Porque cada una de ellas
reúnen los valores que las han convertido en ejemplos de vida:
Mi homenaje a Zoila Victoria de la Torre de Haya, a Mercedes de la Torre Collard, a Elsa Ganoza de la Torre, a Indira Gandhi, a María Parado de Bellido, a Flora Tristán, a Micaela
Bastidas, a María Luisa Obregón, a Agripina Mimbela, a Magda Portal, a María Elías de
Huapaya, a Graciela
Cedamanos, y a Nita Pérez, entre las madres que vienen a mi memoria.
Especialmente, a mi madre Rufina Sánchez de Vásquez, que me trajo al mundo, me cuidó e hizo un hombre de bien. Gracias a todas ellas, y a la mía, que hoy gozan de la presencia de nuestro Señor.
¡FELIZ DÍA MAMÁ!
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Saludos fraternos.