ALAN GARCIA PEREZ




El APRA es juventud orgullo del Perú, es y será nuestro eterno lema, nace como expresión de perennidad de la organización política creada por Víctor Raúl Haya de la Torre.

Víctor Raúl, al fundar al APRA y darle los instrumentos para el trabajo político propuso un programa de lucha de acuerdo a nuestra filosofía relativista de espacio-tiempo-histórico: esas propuestas a través del tiempo se han ido haciendo realidad y se han plasmado en obras, leyes, y en el texto constitucional de nuestra patria.
Las 8 horas de trabajo, la educación gratuita en todos sus niveles, la seguridad social, los derechos de los jóvenes, de las mujeres y de los trabajadores; así como la modernización del estado, las leyes y proyectos de leyes presentados en el congreso nacional para mejorar las condiciones de vida en nuestro país a favor del desarrollo humano, son hechos concretos que podemos exhibir con mucho orgullo.

Las generaciones del APRA liderada por Haya de la Torre en las épocas de persecución, de destierro o clandestinidad, en tiempos de libertad o de vacaciones democráticas estuvieron marcadas por la formación de nuestros cuadros, producto de esa formación el partido puede exhibir con orgullo promociones que a lo largo del tiempo nos representaron en los gobiernos municipales, en el congreso nacional de la república y por dos veces en la presidencia de nuestra nación. Pero el antiaprismo ciego y torpe no reconoce estos hechos y siempre nos ha querido sepultar políticamente sin importarle los aportes que el APRA ha hecho a favor de la grandeza de nuestra querida patria.

En 1978, cuando Haya de la Torre asume la presidencia de la Asamblea Constituyente, pensamos que el odio y la envidia contra el Apra había llegado a su fin, pero como en política dos más dos no son cuatro, el neo anti aprismo renace y se reencarna en los hijos de nuestros enemigos de ayer, los resentidos sociales, el militarismo, la derecha y el comunismo inepto y corrupto.

Los sambenitos son los mismos, lo único que ha cambiado son los nombres de las acusaciones y los nombres de los siniestros acusadores, pero en ambos casos apuntan como siempre a destruir al Apra, y para lograr ese nefasto objetivo no dudan en enlodar y desprestigiar el nombre de Alan García Pérez, abanderado del Aprismo, la democracia y la justicia social en nuestra patria.

Kenya Fujimori, el lobo que se disfrazó de cordero, el que nos vendió el cuento del chinito bueno, del japonesito de la honradez, la tecnología y trabajo, el malvado de la yuca que el 5 de abril de 1992, se quitó la piel de cordero y junto con los rezagos del militarismo corrupto, como el general Nicolás Hermosa, José Villanueva Ruesta ex ministro del interior, el jefe del grupo Colina capitán Martin Rivas -sicario que con una docena de tanques de guerra y más de cien soldados asaltaron la casa del Presidente Alan García Pérez, con el único fin de asesinarlo físicamente- o de capturarlo vivo para ponerle marrocas, vestirlo con traje a rayas, meterlo a la cárcel y denigrarlo públicamente, esos rezagos del antiaprismo siguen trabajando  para colgarlo de un poste de luz como ofrecía el siniestro Fujimori.

Ese bandido que hoy está pagando sus fechorías es el que de la mano de Vladimiro Montesinos, Popy Olivera Vega y demás socios, fueron los que inventaron pruebas que jamás tuvieron asidero y que las instituciones públicas encargadas de administrar justicia denegaron; esos malvados son los que tienen las manos manchadas de sangre, son los que tienen mansiones y dinero en cuentas escondidas en bancos del mundo, pero la calumnia continua, hoy día Fernando “popy” Olivera ha sido reemplazado en su aciago trabajo por Sergio Tejada, que lo único que persigue es matarlo políticamente, estos otorongos y políticos de ultima hora son los que siguen con el mismo sambenito obedeciendo las órdenes del nuevo inquilino de la casa de Pizarro, del soldadito mudo, correlón y faldero que quiere entornillarse en el poder a través de la reelección conyugal, la que ha sido desmentida, pero habrá que esperar el ultimo día que el JNE cierre la inscripción de candidatos presidenciales, mientras tanto, el pueblo debe estar en serena y vigilante expectativa.


La persecución política contra Alan se inicia a partir del año 90, así comenzó popy olivera con las inexistentes cuentas millonarias en bancos que luego las desmintieron, la casa junto a la mansión de Julio Iglesias y otras sandeces; pero la estrategia de descredito del Fujimontesinismo continua, las acusaciones de hoy son por las 152 mil obras realizadas, por las carreteras, por el agua para todos, por la electrificación, los hospitales, los modernos centros educativos, el estadio nacional, el tren eléctrico, la reducción de la pobreza y por las grandes irrigaciones.

Pero aquí está Alan García Pérez, dando la cara, sin correrse, ni esconderse bajo las faldas de nadie, sin victimizarse, ni hacerse el agredido, asumiendo su responsabilidad de estadista.

Sin embargo, el pueblo Aprista ha lanzado una severa critica porque considera que el entorno partidario que lo rodea, lejos de cumplir con la renovación historica basada en el concepto de frente único, intercalando jóvenes y veteranos en la conducción del partido, ha creado argollas de padrinos e ahijados que nos están alejando peligrosamente del pueblo, la lucha interna por la renovación será un tema que quizá nos aleje a unos y otros, pero tenemos que darla dentro del partido para que el Apra recupere su espacio social y político, con dirigentes y autoridades formadas en Aprismo y con valores, el tiempo de los ineptos y cuestionados por la opinión pública tiene que terminar, y estos deben ser separados de nuestro glorioso partido, y valores como la honestidad que siempre nos distinguieron del resto de partidos políticos deben volver a ser la practica cotidiana de todo buen militante. Por otro lado, el copamiento de funcionarios no apristas en el segundo gobierno, que por falta de formación ética, pueden llevarlo al desprestigio, de todo el esfuerzo que hizo para cumplir el encargo de Haya de la Torre en el difícil proceso para conseguir la justicia social, basada en la eficiencia y la honestidad, es el riesgo que le queda por superar.

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