EL SEÑOR ASILO.


En el año 1948, sucedieron en Perú e Indoamérica una serie de hechos que marcaron la historia política del continente y del mundo, en Bogotá, el 9 de abril, fue asesinado el líder colombiano Jorge Eliécer Gaitán, su muerte provocó el famoso Bogotazo, ése día se celebraba la IX Conferencia Panamericana que dio origen al nacimiento de la OEA.
Gaitán, en vida, visitó Perú, cuando el Partido del Pueblo era perseguido por la tiranía de Odría, al encontrar las paredes pintadas con el nombre del APRA, de retorno a su país, declaró ante la prensa: en el Perú, las paredes hablan.
El 3 de octubre de ese año, se levantó la armada Peruana en defensa de la constitución y del estado de derecho; el 19 de ése mismo mes y año, falleció la compañera Zoila Victoria, madre de Víctor Raúl, y el presidente Bustamante y Rivero que había sido elegido con los votos Apristas, sacó fuera de la ley al Partido y no permitió que su hijo concurriera al sepelio. 

El 27 de octubre de 1948, gobernaba Colombia, el presidente Mario Ospina Pérez; en Perú,  el tirano Manuel Apolinario Odría asaltaba el poder a través de un golpe militar y expulsaba al presidente José Bustamante y Rivero; de ésa manera se acentúo la persecución contra el APRA y le puso precio a la cabeza de Víctor Raúl.
Ante el peligro que corría la vida de Haya de la Torre, el Comando Nacional de Acción, presidido por Carlos Manuel Cox, acuerda exigir al Jefe del Partido tomar asilo.

La tarde del 03 de enero de 1949, llegaron a la puerta de la embajada de Colombia -ubicada en la Av. Arequipa, Lima Perú- las damas, Alicia Cox de Larco, y Margot Hudtwalker, ambas damas, acompañadas por Jorge Idiáquez Ríos, mano derecha del Jefe del APRA.
Ese día, Víctor Raúl Haya de la Torre, el líder de la jornada de las 8 horas peruanas, el fundador de la Universidad Popular Gonzales Prada, el hombre de la justicia social de pan con libertad, solicitaba asilo político.
El 23 de Marzo de 1950, en la esquina de Petit Thouars y 28 de Julio, la tiranía, asesinaba a Luis Negreiros Vega, entonces Secretario General de la CTP y del APRA. El día que acordaron el asilo de Haya de la Torre, el Mártir le diría: "Yo te respondo con mí vida. El único hombre que tiene derecho a sobrevivir es el Jefe del Partido. Tú eres el Jefe. Vive, nosotros somos perecederos. No todos llegaremos al día de la Victoria. No todos volveremos a verte cuando regreses. Pero los muertos también esperar".

El 3 de Julio de 1950, se realizaron las elecciones presidenciales en el Perú, lo inédito de aquel proceso era que había un solo candidato presidencial y una sola lista para diputados y senadores, el 28 de julio de ése año, Odría se juramentó como presidente.

Colombia, nuestra querida hermana, nunca vaciló en defender el derecho de asilo, y a las cinco de la tarde del 6 de abril de 1954, cuando era presidente de Colombia, el Teniente General, Gustavo Rojas Pinilla, después de 5 años, 3 meses y 3 días, Haya de la Torre dejó la embajada de Colombia y partió al exilio con pasaporte uruguayo, debido a que la dictadura de turno le había negado el pasaporte peruano. La historia ha grabado éste hecho por ser inédito y único en su caso; Germán Arciniegas, periodista e intelectual colombiano, lo llamó el Hombre Mudo; y en Managua, un niño lustrador de calzado, ante las muestras de admiración y cariño, Haya de la Torre le preguntó: hijo, ¿tú me conoce?, y el niño le respondió, ¡claro que si!, usted es el Señor Asilo. 

El libro de Luis Alva Castro, llamado "Víctor Raúl. El Señor Asilo", es una de la mejores obras que narra éste hermoso hecho de la historia política que todo ciudadano del mundo debe leer.
Antes de terminar este artículo, transcribo lo que en sus obras completas esta escrito:
"El doctor Felipe Barreda y Laos, ex embajador y ex juez de la Corte Permanente Internacional de Justicia de la Haya, en una carta abierta al General Odría, expresó lo siguiente: "...el señor Haya de la Torre, a quien se quiso descalificar exhibiéndolo como delincuente común, ha recibido un veredicto de inmunidad; una carta limpia de culpas criminales; una ejecutoria de puritanismo, que no tenemos ni usted ni yo, ni ningún ciudadano peruano ni de nuestra América, expedida por el mas alto tribunal de justicia del mundo...".


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