¡AREVALO VIVE CARAJO!





Cuenta la historia Aprista,
que en el pueblo,
llamado Santiago.
En el corazón del valle Chicama,
nació Manuel.
Creció entre cañaverales
trabajando desde niño
en las haciendas azucareras del valle.
Se hizo trabajador y luchador incansable
por la justicia social de pan con libertad.
Detestó a los dictadores
y con todas sus fuerzas combatió a los tiranos.
Lo persiguieron y desterraron,
lo encarcelaron y masacraron.
El anti aprismo lo sentenció a muerte,
y así moribundo le dispararon,
15 o 20 tiros por la espalda, no los sé.
Pero acabaron con su vida.
¡Bárbaros! ¡asesinos!
las ideas y los sueños no se matan.
Diría en Francia, el conde de Volney,
y Sarmiento lo hizo célebre en Argentina.
Acribillaron tu cuerpo, pero te volvieron inmortal.
Destrozaron tu cuerpo,
pero le dieron vida a tu alma rebelde.
Quisieron desaparecer tu cuerpo,
pero tu corazón sigue latiendo en el pueblo.
¡Arévalo vive!
en nuestro pensamiento, 
¡y en nuestro corazón!
Mártir obrero, te llama el pueblo.
Obrero e intelectual, te llamó Ciro Alegría.
Obrero insólito, te llamó Lévano.
Cerebro radiante y Hombre sensible,
escribió Antenor, tu maestro.
Y Haya de la Torre, te nombró su sucesor.
Manuel Arévalo: Luchador inagotable,
como tu alma, sigues vivo porque falta justicia
porque falta libertad,
sigues vivo para defender la democracia.
Sigues vivo porque falta honestidad,
Bendito Manuel, bendito eres.
Salvaste mil veces la vida de Haya de la Torre,
Como salvarás la vida de nuestro pueblo
Con fe, unión, disciplina y acción.
¡Arévalo vive carajo!
Mochero Vásquez.

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